In Lak' Ech!
Amados kines,
Les comparto la siguiente entrega de Tiempo es Arte. Gracias por su apoyo.
Un abrazo noosférico,
Hun Ik
Agente Galáctico 222
TIEMPO ES ARTE
Segunda entrega.
“Y sin embargo… se mueve” – Galileo Galilei
Por: Hun Ik
Queridos lectores y lectoras,
Antes de comenzar esta entrega, agradezco a aquellos que han hecho llegar sus comentarios y pensamientos. Gracias por su participación. Sus palabras siguen ampliando mi visión. Gracias mil.
El propósito de esta saga a la cual titulé “Tiempo es Arte” es, simplemente, ofrecer a la comunidad virtual otra perspectiva, y un punto de vista diferente sobre nuestra calidad de vida y el paradigma “Tiempo es Dinero”. No estoy tratando de convencer a nadie de nada… simplemente, comparto una verdad entre muchas, y a ustedes les toca decidir si les es útil lo que escribo o no.
Estamos viviendo cambios de paradigmas fuertes. El caso más claro, del cual, por su puesto, todo el mundo está hablando, es el de la elección de un hombre afroamericano como Presidente de los E.U.A.
Sé que muchos no estarán de acuerdo con lo que aquí expongo. Por lo cual les digo: si estas palabras no resuenan con ustedes, son libres de dejar que se las lleve el viento. Pero si les motiva a cuestionar un poco por qué vivimos cómo vivimos, sin importar a la conclusión a la que lleguen, habré cumplido mi propósito.
Empezaré esta entrega por contarles un cuento. Había una vez una rana, que vivía apaciblemente en un charco. Era una rana ya grande, que nunca había salido al mundo, y era feliz en su hogar. Llegó un día al charco una rana joven, diferente. La rana vieja le preguntó: “¿Tú quien eres?” –“Soy una rana que viene del lago”. “¿Un lago? ¿Qué es eso?” –“Pues es mil veces más grande que este charco, y hay muchas plantas y animales diferentes viviendo ahí”. A esto, responde la rana vieja: “¡Márchate de aquí! No quiero ranas embusteras en mi charco, tú mientes, y no tienes lugar aquí. ¡Fuera, Fuera y nunca vuelvas más!”.
Cada generación recibe en su seno a una rana visionaria, joven, que trae consigo la estampa del cambio.
Los cambios son inevitables… tanto en la naturaleza como en el universo, todo está en constante transformación y cambio. Vamos evolucionando, creciendo, y entendiendo cada vez más lo que nos rodea.
En estos momentos, la raza humana se encuentra ante un cambio de paradigma enorme, a muchos niveles, y por todo el planeta.
Hace un poco más de 600 años, la comunidad científica daba por sentado que la tierra era plana, y que era el centro del universo. Gracias a los avances tecnológicos que se fueron dando, y a mentes innovadoras, que decidieron salirse de la caja, y cambiar de paradigmas, vamos descubriendo que muchas cosas que jurábamos eran ciertas, resultaron ser diferentes.
A Galileo casi lo queman por decir que la tierra era redonda, y giraba alrededor del sol. Muchos otros grandes seres que han caminado en esta tierra han sido muertos, torturados, encarcelados, o en el mejor de los casos, tachados de locos, por sus ideas. Y el tiempo termina dándoles la razón.
Hace 50 años, llegar a la luna era un sueño para el hombre. Julio Verne tuvo esa idea, y en su época era imposible lograrlo. Muchos lo tacharon de loco. Pero en 1969, gracias al sueño de un hombre, se logró pisar la superficie lunar. Hoy se considera comenzar los primeros viajes espaciales turísticos. Algo que para alguien viviendo en el siglo pasado hubiera sido imposible de imaginar como real.
Todo comienza con una mente abierta y un sueño.
Muchas personas que leyeron la entrega anterior, quizá supusieron que una servidora está totalmente en contra de la tecnología, por proponer que la frecuencia 12:60 nos tiene esclavizados.
No es así. Es cierto que los avances en la tecnología permiten que el día de hoy yo exponga mis ideas, y ustedes las lean. Y es fácil suponer que estos avances se deben exclusivamente a los beneficios de esta frecuencia. Pero yo los invito a abrir su mente y cuestionar esta posibilidad.
La tecnología no es la raíz de todos los males. La tecnología simplemente nos ha dado herramientas, que se convierten en extensiones del ser humano, para millones de funciones. Desde una herramienta rudimentaria, como lo es un martillo, hasta una herramienta avanzada como el rayo láser, han sido desarrolladas en diferentes etapas del desarrollo tecnológico del hombre.
Un martillo por sí mismo o una pistola de rayos láser por sí misma no hacen nada…. Se requiere una mano detrás, una inteligencia para dirigir la herramienta.
Un martillo puede servir tanto para construir como para destruir.
Una pistola en manos de un niño no es lo mismo que una pistola en manos de un criminal.
Y una herramienta defectuosa puede causar daño.
Un reloj mecanizado que mide el tiempo de manera incorrecta y artificial va en contra de la naturaleza. Y esta herramienta ha sido utilizada por unos cuantos para dictarnos cómo debemos comportarnos.
Ponemos nuestra alarma para despertar a cierta hora. Debemos calcular de cuánto disponemos para ducharnos, desayunar, y salir de casa para recorrer un trayecto al trabajo.
Ponemos nuestra alarma para saber a qué hora tenemos permiso de comer, y de cuánto tiempo disponemos para hacerlo.
En toda la naturaleza, somos las únicas criaturas que necesitan un reloj para marcar nuestros tiempos.
Sin embargo, nuestros propios cuerpos tienen tiempos que no necesariamente están sincronizados con los horarios impuestos por la sociedad. ¿O acaso cuando tu cuerpo siente hambre o sed le niegas comida o bebida porque no es la hora para hacerlo? ¿Cuando tienes ganas de ir al baño, debes forzar a tu cuerpo a esperar, porque estás en medio de una junta?
Y de aquí vienen enfermedades como la gastritis, la colitis, y muchas otras “itis”.
Por tratar de obligar a nuestro cuerpo perfecto y su naturaleza a entrar en un tiempo monocrónico y artificial, que hace que pierda sus ritmos naturales y se enferme.
Sentimos que tenemos libertad… libertad de elegir qué trabajo tener, qué ropa usar, qué programa de televisión ver, qué banco guardará nuestros ahorros. Y sí, hay cierto margen de libertad… pero estamos encerrados en una jaula de oro. Y poco a poco, en este viaje, iré compartiendo por qué estamos en esa jaula.
Es simplemente la boca del hoyo del conejo.
En la próxima entrega hablaré del tiempo monocrónico y policrónico, y cómo antiguas civilizaciones como los mayas, los dogon y los hopi medían el tiempo natural de manera certera, y permitían que los astros les dieran las señales para cuándo era correcto sembrar, despertar, trabajar, ir a comer y descansar.
Y poco a poco iremos descubriendo como podemos hacer una transición de la frecuencia 12:60 y la tecnósfera a una frecuencia natural adecuada y correcta para nuestro bienestar.
Aquellos que se sientan a gusto en la realidad que vivimos, y que consideren lo que aquí vaya exponiendo como disparate o cosa del demonio, a partir de la siguiente entrega pueden poner estos mensajes como correo no deseado o spam en automático. No me molestaré.
A los que leyeron la entrega anterior, y se encuentran interesados en mis palabras, espero que hayan hecho su tarea. Si no, no se preocupen. En la siguiente entrega ahondaremos más en los temas de las tres películas propuestas.
Y agregamos una más a la lista.
“Creer es Crear”, de Santiago Pando. Ya tuve oportunidad de verla, y créanme que Santiago ha logrado poner en una forma mucho más sencilla y rica lo que yo trataré de hacer a través de mis palabras en estas entregas.
Se están organizando proyecciones en diversos puntos de México de este documental. Si quieren informes, pueden escribir a Ricardo Ocampo en: lacasadelared@gmail.com.
Hasta la siguiente entrega.
In Lak’ Ech! – Yo soy tú y tú eres yo.
Hun Ik
Dudas o comentarios:
mexxica@live.com.mx
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